Pablo no perdona ni una. Él todos los días, llueva o truene, sale de pase, se toma su tiempo para jugar y se pega un buen baño antes de cenar y dormir. ¿Qquién no querría volver a ser un niño?
Las 12 uvas del fin de año esta vez nos las comimos en Madrid. Fue interesante ver el ambiente que había en las calles de la Capital. Todo el mundo iba con pelucas o cosas por el estilo.